En la calle Negrillo 6, se encuentra uno de esos establecimientos donde es difícil quedarse con hambre. En la barra se aprecia una tortilla descomunal en grosor y diámetro. El cocinero se ha afanado en deconstruir las patatas hasta niveles olímpicos, y ciertamente lo ha conseguido. Los huevos de gallina hacen que el resultado se deshaga en la boca, y sin duda es obligatorio disfrutar de ella en la terraza cuando el sol asoma. Merece la pena acercarse hasta aquí por muchas razones, y sin duda ésta es una más.
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