Nos acercamos a este local céntrico (calle Rualasal 15, Santander) y moderno para probar una de las tortillas más afamadas de la capital cántabra. Son las 12 de un día laborable y está abarrotado. De entre la variedad ofertada en la barra nos decidimos por la de cebolla caramelizada y gorgonzola. El primer bocado sorprende por su textura: daditos de patata muy fritos a alta temperatura, tostados, casi crujientes, se combinan con la suavidad de la cebolla, el queso y el huevo, un poco escaso en proporción a la cantidad de patata. El resultado es una tortilla original, con identidad propia. La fama cuesta (aprox 2.50€ el pincho).
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