En un pequeño local sito en la Calle Celestino Junquera 17, con decoración minimalista y cool, que no desentonaría en alguna capital centroeuropea universitaria, se puede degustar una exquisita tortilla poco hecha, de huevos auténticos, patata cortada en laminas y servida con encanto. No desmerece tampoco el bizcocho que acompaña al café (café de especialidad, tan de moda, que puede ser escogido entre los disponibles en una generosa carta). Hay que estar atento para coger sitio, ya que la calidad del producto se traduce en una elevada demanda y hay cola. Espera a ser atendido por alguna de las simpáticas camareras y disfruta del viaje sensorial.
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